martes, 21 de junio de 2011

LA GRACIA DE LAS BALLENAS EMULA UNA CANCION DE JEZABEL / José del Águila

                                               
Amantes asesinados por una perdiz
Federico García Lorca


La gracia de las ballenas emula una canción de Jezabel
en el sótano de esta catedral/
en este burdel
en esta cárcel de gordas
en esta casa con su tos de parroquia.

Esta noche,
cuán débil es la música de mi tierra
cuán débil es mi piel de salamandra coja
cuán débil es mi cicatriz en la piedra.

Deseo alejarme
deseo perderme
deseo cantarle a la luna
sobre la piel desnuda del cadavérico amante

En esta casa sin su pálida costilla
que muere,
que yace ochentitres veces desnuda/
ya nadie ora
ya nadie come la dulce carne del jabalí

¡Ay!
Cadavéricos amantes
aún os veo con mi tercer ojo de Escocia
aún observo la caverna azul de las diosas
donde los besos mortecinos
saben a frescas llagas
que la luz apenas cobija

Observo tu belleza y
avizoro dos enormes agujeros
donde los hongos sin memoria
se maldicen en húngaro
al compás del llanto de una guitarra vieja.

¡Dios mío!
querer ahora comer de tu mano
querer ahora fornicar a las monjas con piel de pescado
querer bailar y cantar alabanzas frente a tu sepulcro
                                                          
¡Oh Padre!

¿En qué isla enterraré la cabeza del tapir?

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