martes, 21 de junio de 2011

ENTREVISTA A OSWALDO REYNOSO

Oswaldo Reynoso nació en Arequipa el 10 de abril de 1931. Estudió en la Universidad Nacional San Agustín de su ciudad natal y en la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle "La Cantuta", en Lima. Con su título de Profesor de Lengua y Literatura ejerció allí el magisterio, al tiempo que desarrollaba una intensa labor literaria. Empezó con su poemario Luzbel (1955), pero conoció el éxito a partir de la prosa, siguiendo el realismo urbano que dominaba la escena literaria del Perú en los años 50's. Es contemporáneo de escritores como Julio Ramón Ribeyro y Mario Vargas Llosa.
Su libro de cuentos Los inocentes (1961) sigue siendo exitoso, pues incorporó por primera vez en la literatura peruana del siglo XX el lenguaje de los jóvenes de las grandes urbes. Más allá del mero registro de palabras, penetra en el pensamiento de los adolescentes, de modo que su público se renueva continuamente. El libro fue escandaloso por esta descripción descarnada de la juventud en la calle, que no velaba su sexualidad.
Su obra estuvo en un primer momento influida por su ideología comunista, que aglutinó a un importante grupo de escritores en los años 70, entre los cuales también destaca Miguel Gutiérrez.
Entre sus novelas destacan sobre todo "En Octubre no hay Milagros" y "Los eunucos inmortales".
Reynoso ha destacado asimismo por su labor como docente; ha dictado cátedra en la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa, la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle "La Cantuta", la Universidad Nacional Federico Villarreal, y también en Pekín, (China). En la actualidad es una de los escritores más leídos, y una de las figuras más destacadas de la literatura peruana.


¿Cómo era el viaje de la provincia a Lima?
Bueno, yo nací y viví en Arequipa y solamente vine a Lima el año 1953. No había muchas vías de comunicación. Se venía en barco. Yo recuerdo que mis padres viajaban de Tacna a Arequipa en barco. Se hacían varias escalas y se llegaba a Lima. Por eso es que ahora se pueden ver a lo largo de la costa del Perú algunas caletas que tienen desembarcaderos, como por ejemplo Cerro Azul. Las carreteras eran asentadas y daban muchas vueltas. En esa época existía un impuesto creado en el gobierno de Leguía llamado el impuesto vial. Consistía en que todos tenían que participar en la construcción de carreteras y las personas que no querían participar tenían que pagar una especie de impuesto. Ahí vino la corrupción, pues como se pagaba por kilómetro, las carreteras daban y daban vueltas y hacían el ocho, por eso era una frase común en ese entonces que cuando alguien le estafaba al otro le decían le has hecho el ocho (risas) ¿por que le has hecho el ocho? por las carreteras.

El llegar de la provincia a Lima era toda una aventura…
El primer viaje que yo hice desde Arequipa a Lima demoró tres días. Había que ir un tramo creo que hasta Camaná y ahí se dormía. Luego había otro tramo hasta Nazca e Ica y ahí se descansaba y luego se llegaba a Lima. Los ómnibus eran incómodos, claro que habían vuelos por avión. Había una empresa que se llamaba TAM, transportes aéreos militares y como se  caían muchos le pusieron transportes aéreos a la muerte (risas). También había otra compañía PANAGRA, pero los pasajes eran muy caros y solamente había vuelos dos o tres veces a la semana. había pues una gran distancia entre las provincias y lima. Si eso pasaba con Arequipa, que en ese entonces era la segunda ciudad del Perú, ¿que pasaba con las otras ciudades? Si actualmente, una persona de Iquitos no tiene dinero y quiere venir a Lima tiene que emplear seis días, si no tiene dinero para el avión, tiene que hacer la travesía por río y luego por tierra y eso demora seis días. Imagínense como era en la década del 40.

¿Qué visión se tenía de Lima?
La visión que teníamos de Lima era de algunos monumentos y el Palacio de Gobierno y algunas fotografías que salían en las estampillas y en los periódicos que cada semana llegaban a la provincia en Arequipa. El Comercio, La Prensa eran los únicos periódicos que llegaban. También, lo que los arequipeños que habían venido de Lima contaban de Lima o lo que los limeños que iban a Arequipa contaban de la capital. Había pues una gran separación entre las provincias y Lima. Ahora, en Arequipa la gente rivalizaba con Lima, se decían por ejemplo que todas las mujeres de Lima tenían una vida demasiado alegre y cuando había una muchacha en el barrio que se pintaba mucho, la gente, las señoras de edad, le decían “esa parece limeñita”, por eso al gran prostíbulo de Arequipa se le puso de nombre “La flor de Lima”. Llamaba también la atención la forma cómo se vestían los jóvenes limeños. Cuando uno llegaba a Arequipa era como sensible en ese entonces a la buena comida, a la camisa, con corbata, con perfume y además hablaban rápido y en forma muy aguda, de tal manera que en Arequipa, si a todas las limeñas les decían que eran prostitutas, a todos los limeños les decían que eran afeminados, era la versión q se tenia de la provincia de Lima.

¿Recuerda usted su travesía hasta la capital?
La primera vez que yo llegue a Lima era verano… Fue un viaje como de unos 2 o 3 días, muy cansado, muy agotador y se entraba por la Panamericana q daba a la Av. Iquitos en La Victoria. Lo primero que me llamó la atención era que las calles eran muy anchas, en cambio en Arequipa las calles eran muy estrechas. Entonces llegue a la ciudad con las calles bien anchas, las veredas también eran muy amplias, entonces cuando llegué en el verano, la gente estaba parada en las esquinas, los parques estaban llenos de gente y eso solo pasaba en Arequipa cuando eran días de fiesta. Me daba la impresión de que Lima era una ciudad que estaba en constante fiesta, además me pusieron en alerta de los ladrones porque todo limeño era ladrón.

¿Qué recuerda de los conflictos sociales de entonces?
En el año 1950 hubo un gran movimiento en Arequipa contra Odría. Él había dado el golpe de estado a Bustamante y Rivero precisamente en Arequipa en el año 1948. En el año 1950 todas las fuerzas democráticas pedían elecciones, entonces Odría dejó el poder en manos de su compadre Noriega y convoco a elecciones y se presento. Hubo un candidato a la presidencia, no recuerdo cómo se llamaba, Simon Noriega le buscó algo y lo deportó, entonces solamente quedó Odría; y en Arequipa los estudiantes del colegio de Independencia tomaron el local e iniciaron una huelga para pedir mejoras en la alimentación. El gobierno creyó que era el inicio de una revolución contra el gobierno, rodearon el colegio y metieron bala, lo que produjo una gran rebelión en la ciudad de Arequipa. La gente salía a las calles, tomó comisarías, se enfrentó al ejército, a los policías y vino una lucha de tres días en las calles y azoteas en donde participó toda la gente de Arequipa. Yo era joven y el gobierno trajo tropas de Puno y tiró algunas bombas alrededor de Arequipa.

Una revuelta sangrienta…

Una gran cantidad de muertos y como siempre, pues, ganó el ejército. Arequipa entró en un estado de represión muy fuerte y muchas personas que habíamos participado ahí comenzamos a emigrar. Poco después el mismo gobierno se encargo de tomar algunas gentes y mandarlos a Argentina, Chile, México. En esa época murió mi padre, y ocurrió una cierta crisis en mi casa, entonces vi en el periódico que convocaban a una beca de estudios en el Instituto Pedagógico de Varones y yo ya tenía dos años en la universidad, sin embargo me presente y gané una beca. Este instituto con los años se transformó en lo que actualmente es la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle.

¿Cómo fueron sus inicios en La Cantuta?
Yo llegué cuando esa institución estaba aquí en Jesús María (el escritor vive en ese distrito), en Mariátegui, donde actualmente hay un colegio de mujeres. Al año nos trasladamos donde queda actualmente. Fue un momento en que muchos de los jóvenes intelectuales de Arequipa llegaron a Lima y también llegaron de Ancash, del centro y de Puno, porque ya en las ciudades, la misma dictadura había recortado algunas libertades y uno se sentía más libre en Lima por ser una ciudad más grande.

¿Cómo vio Lima desde su óptica de escritor?
Nosotros los provincianos llegamos a Lima y la comenzamos a ver con otros ojos al de los escritores limeños. Cuando uno está en una casa tiene la visión de su casa, pero cuando ve desde otro ángulo, descubre elementos, visiones que nunca pudo imaginar. Cuando vivía en una casa en Santa Cruz en Lima se perdieron las llaves, así que tuve que ir a la casa vecina y tratar de entrar por el techo y había una especie de claraboya en la ventana y desde allí vi la sala de mi casa, la vi diferente porque siempre entraba por la puerta. Descubrí una serie de objetos que ni siquiera me había dado cuenta. Eso mismo pasó con los narradores y poetas que llegaron de provincias a lima. Los escritores limeños estaban acostumbrados a ver siempre su ciudad, en mi caso, por ejemplo, vi una Lima que no era la misma visión de los escritores limeños, lo mismo que Zavaleta que venía de Ancash, lo mismo que Vargas Vicuña, que venía de Acobamba. Había otro escritor, magnifico cuentista, Sueldo Guevara que venia del Cusco. Posteriormente comenzaron a llegar jóvenes de provincias como Miguel Gutiérrez que llegaba de Piura, Goyo Martínez que llegaba de Acarí, Antonio Gálvez Ronceros que llegaba de Chincha, Gonzales Viaña y Morillo que llegaban de Trujillo. Entonces en esta década del 50 - 60 llegaron a Lima una gran cantidad de jóvenes dedicados a la literatura, tanto a la narrativa como a la poesía.

¿Dónde se desarrollaban estas inquietudes literarias y culturales?
En ese entonces en Lima solamente habían solamente la Universidad San Marcos y la Universidad Católica. En provincias solamente habían universidades nacionales, tres universidades, en Arequipa, Cusco y Trujillo. Asimismo, había tres escuelas superiores, la Escuela Superior de la Agraria, de Ingeniería y La Cantuta. Los estudiantes que egresaban de secundaria y querían estudiar medicina tenían que venir a Lima a estudiar en la facultad de San Fernando de San Marcos. Los que querían estudiar agronomía, ingeniería tenían que venir a Lima porque las universidades de provincia solamente tenían, fundamentalmente, derecho, educación, y dos o tres técnicos más que no recuerdo, pero eran universidades pequeñas.

¿Y a nivel de colegios?

En el año 50 se produce una eclosión demográfica. En las provincias solamente habían colegios nacionales, uno, y que eran emblemáticos. En Arequipa había El Independencia y en Trujillo creo que había el San Juan; en Chiclayo había el San José que eran los únicos colegios nacionales. Con el gobierno de Odría comienzan a construirse las grandes unidades escolares que reciben a los estudiantes de primaria y secundaria, y eso posteriormente, va a dar como resultado que se abran más universidades y cada provincia, cada ciudad de provincia querián tener una universidad.

¿Cómo era Lima cuando llegó?
Era una ciudad pequeña no tenia muchos cantantes, toda la actividad comercial, bancaria, se concentraba en el centro de lima, los grandes hoteles estaban en el centro, no había hoteles en los distritos, a excepción de Miraflores y de La Victoria en que habían hoteles de baja calidad. La Colmena era una alameda muy elegante, con árboles, con buenos bancos para sentarse y había restaurantes de comida francesa, de comida suiza, de comida italiana, de comida alemana. El hotel Bolivar, ahí se alojaban nuestras grandes estrellas que pasaban por Lima, lo mismo que el Crillón y el Riviera.

¿Y los cines?

El gran cine de Lima era el cine Metro que quedaba en la Plaza San Martín, era un cine muy elegante con alfombras rojas, cuando uno llegaba ahí habían unas señoritas anfitrionas muy bonitas con traje especial que atendían a la gente; y si uno llegaba tarde lo acompañaban con una linterna hasta el asiento. Estaban también “El de París” y el “San Martín”, cines de estreno. Se llamaban cines de estreno donde se proyectaban las mejores películas, luego de proyectarse allí esas películas pasaban a algunos cines de barrio.

¿Y la bohemia dónde se reunía?
  Los centros de reunión de los artistas y de los intelectuales estaban ubicados en el centro mismo de la ciudad, había un restaurante enorme, “El Patio”, que daba en la esquina del teatro segura. Ahí a las 11 o 12 del día se reunían escritores, pintores, toreros, actores. Luego en Ocoña había una galería de Arte y en la esquina había un café, el “Viena” y en la Plaza San Martín había también el Bar Zela con mesas en el portal, ahí yo llegué a conocer a Washington Delgado y a muchos escritores jóvenes de Lima de ese entonces que a las 11 o 12 del día se reunían algunos a tomar cerveza, otros a tomar pisco o a tomar café, otros a conversar. Pero el lugar más emblemático era El Palermo, El Palermo era un bar enorme, un bar cafetería restaurante que quedaba en La Colmena antes de llegar al Parque universitario, como San Marcos solamente tenía el local de la casona, todos los alumnos y profesores iban al Palermo, y como para ir a La Cantuta se tomaba un taxi u ómnibus en el Parque Universitario o frente al Palermo, tanto profesores y estudiantes que iban a La Cantuta hacían una pascana en el Palermo. También llegaban los estudiantes de La Católica, y el local no era el actual sino que estaba en el centro de Lima. Entonces el Palermo se transformó en el centro de todos los intelectuales jóvenes, no solamente jóvenes, sino también de cierta edad. Abría las 9 de la mañana y a cualquier hora del día que yo llegaba ahí de una u otra forma me encontraba con amigos.
¿Quiénes iban a este Palermo?
De historiadores iba Cotler, iba Macera, iba Aníbal Quijano, Romualdo Valle, Sologuren, Gonzalo Rose, Eleodoro Vargas Vicuña. También a veces llegaba Arguedas, Ciro Alegría, Raúl Porras Barrenechea, Martín Adán y todos los escritores jóvenes como Ribeyro, Vargas Llosa y Javier Heraud. Ese bar estaba abierto hasta las tres de la mañana más o menos. Por lo general se llenaba el bar de acuerdo con la hora de estudiantes, profesores, empleados, sindicalistas y cuando había las grandes protestas, los estudiantes salían de la Casona a tomar la plaza San Martín y cuando ya estaban llegando a la plaza venía la represión, venían unos carros que se llamaban rochabús, entonces todos los estudiantes corrían y se metían a las tiendas. Yo recuerdo que en unas de esas marchas, como éramos amigos de los mozos, como habíamos tendido un enfrentamiento muy fuerte con la policía, entrábamos rápido al Palermo, nos sentábamos en la mesa y los mozos nos servían varias botellas de cerveza y vasos y nos hacíamos los borrachos, entonces entraba la policía a buscar a los revoltosos y nos encontraban borrachos ahí tomando.

Esa es la visión que yo pueda dar ahora, ahora desde el punto de vista de la literatura, como les decía, yo tuve otra visión del Lima, yo llegué de Arequipa, en el Instituto Pedagógico había un alumno por cada departamento, teníamos beca completa, también habían compañeros de Lima, algunos de ellos me llevaron a sus casas a sus barrios, entonces tomé contacto yo con barrios del centro, con barrios de La Victoria, Jesús María, algunos de ellos vivían en los llamados callejones, con ellos concurrían a los bares de barrio, con rockola, y también a los billares, combinaba mis estudios en La Cantuta, con estas escapadas a estos sitios de Lima, allí comienzo yo a configurar a los personajes de Lima y de allí iba a salir mis libros Los inocentes. Posteriormente en Arequipa, las procesiones eran muy ordenadas, por una fila de la vereda iban las mujeres de negro con velo con una vela, en la otra cera iban los hombres, los varones, con terno negro también con una vela y en el centro de la calzada avanzaban las andas con las cofradías. Al final siempre la procesión cerraba la virgen con una banda de músicos y luego los devotos en perfecto orden seguían detrás de las andas. Cuando una vez un amigo me dijo que iba salir la procesión del Señor de los Milagros y que iba a pasar por su casa, fui, era un callejón en el centro de Lima. Llegué un día antes y vi los preparativos. Los preparativos eran de una gran borrachera, todos los del callejón tomaban pisco, cerveza, las señoras preparaban ollones de comida y después se adornaba todo el callejón con papeles y se hizo un altar en la puerta. Cuando de pronto a las cinco y media de la mañana, nos habíamos pasado toda la noche de parranda, esa noche el callejón no durmió, dijeron ya salió la procesión, ya pasa, entonces las señoras y todo el mundo dejó al lado el trago, las guitarras y se pusieron un hábito morado y salieron a recibir al Señor. Yo me imaginaba que la procesión iba a ser como en Arequipa, entonces mis amigos me dijeron vamos a la procesión, ahí se goza rico y cuando salí me encontré con tremendo tumulto y la gente se apretujaba y rezaba. Yo decía que es esto como va a ser esto la procesión, en Arequipa esto no es procesión, y entonces con mis amigos fuimos detrás del Señor con todo ese tumulto, entonces de ahí sale la idea de escribir En octubre no hay milagros, que era otra visión, entonces los provincianos teníamos una visión diferente de Lima, si ustedes examinan con mucho cuidado los cuentos de Zavaleta sobre Lima, mis relatos sobre Lima, y los comparan con los cuentos de Ribeyro verán que es una visión diferente.

Tuve la oportunidad oportunidad de leer junto a  Los inocentes como En octubre no hay milagros y configuran la idea de un retrato de la sociedad limeña, una visión un tanto pesimista en la cual la sociedad se va corrompiendo, no hay un espacio específicamente atacado por esta podredumbre, cada estrato, cada clase social, cada personaje, va poco perdiéndose en un vacío. ¿Cuál es la posición de usted en torno a esta generación, su producción narrativa en torno a los cincuenta, respecto al caso de las provincias, en relación a la narrativa de los años posteriores que creo que ya tienen otra visión distinta?

En primer lugar, yo no creo en las generaciones, en general me parecen que las generaciones es un concepto didáctico para poder comprender algunos movimientos de la literatura, pero yo no creo que cada diez años la literatura cambie, para mí el proceso de la literatura de un país es como un río, y es un río que fluye y para qué ponerle diques, ahora que por razones didácticas, de conocimientos más profundos, se establezcan generaciones es otra cosa. Lo que sucede es que yo muchos años después he descubiertos cuáles eran el eje fundamental de estas dos primeras novelas y de toda mi obra, he descubierto cuál es el eje fundamental. Leyendo a Proust, Proust dice que cada escritor tiene que resolver como lo plantea o lo siente, un problema y da como ejemplo el problema de las obras de Dostoievski, el problema fundamental de todas sus obras de Dostoievski es la lucha del bien contra el mal, todos los personajes de Dostoievski están en este conflicto y estos climas de conflicto en Dostoievski se dan en lugares oscuros, en lugares encubiertos, aplicando al mismo Proust lo que Proust dice de Dostoievski llega a la conclusión que el problema fundamental en En busca del tiempo perdido son los celos, todos los personajes que están en la novela de Proust, de una u otra forma están atormentados por los celos y estos momentos culminantes de los celos no se dan en lugares oscuros sino en lugares abiertos. Estas conclusiones me llevaron a poder analizar lo que yo había escrito, entonces cuál es el problema fundamental de todo. Llegué a la conclusión que el poder y qué significa el poder, en el fondo significa la lucha de clases, la sociedad está dividida en clases sociales, actualmente los neoliberales dicen que no hay clases sino sectores, pero el cambiar el nombre a una cosa, no cambia la cosa, siguen habiendo clases sociales, que los neoliberales digan sector A, sector B, sector C, eso no cambia la realidad de la sociedad.

Les decía que… Existen pues las clases sociales, a pesar de que los neoliberales, los tecnócratas y los sociólogos actuales hablen de sectores. Y cuando hay clases sociales hay lucha entre estas clases: Los que quieren que este estado siga igual, por eso están usufructuando del sistema, y el otro sector que no quiere seguir sufriendo. Entonces allí se produce el choque. En Los inocentes, es la desesperanza de una juventud que no tiene casi salida. Últimamente, algunos críticos dicen que mis novelas pertenecen a un realismo urbano de la calle. Ustedes se dan cuenta que En octubre no hay milagros, en Los Inocentes y en El escarabajo y el hombre todo sucede en la calle, en la esquina, en la bodega, en el café, en la plaza. ¿Por qué? Por el problema de la vivienda. La gente pobre vive arrumada en pequeños departamentos, a veces en dos habitaciones. Entonces, ¿dónde hacen la vida social los jóvenes?… En la calle. No pueden hacerla en la casa porque es muy estrecha por eso la hacen en la calle. En Los Inocentes se ve que todos los personajes están en la calle. Realismo urbano de la calle, no simplemente realismo urbano, realismo urbano de la calle. En octubre no hay milagros hay el problema de la vivienda pero los personajes están en las calles. Entonces, En octubre no hay milagros se ve claramente el poder, el manejo del poder. Se ha dicho que por haber presentado yo En octubre no hay milagros a un personaje homosexual que tiene el poder soy homofóbico, pero eso es falso, eso es falso. Este señor el personaje ese, tiene tanto poder que cree que todos los jóvenes de su ciudad son de su propiedad. Es el poder, el poder sobre la carne, el poder sobre el placer, el poder político. Es decir, allí se representa una oligarquía peruana insaciable de poder, y por otro lado se presenta a una clase media empobrecida, me parece a mí que eso es en cierta forma. Ahora que todo se va a la desesperanza. Sí, todo se va a la desesperanza. Y actualmente también, a pesar de todas las cosas de positivas que habla el gobierno, optimistas ¿no?… Estamos fregados. Ahora se dice que es el esfuerzo personal, y el sistema, la estructura social se ahoga. ¿Alguna otra pregunta?

¿Y usted cómo ve a los jóvenes de ahora?

Bueno, yo veo a los jóvenes de ahora con mayor libertad de pensamiento. Han roto toda una serie de trabas, de prejuicios de carácter moral no ético. Eh… más emprendedores, como muy bien lo han dicho. Hace no mucho hicieron una entrevista por televisión a Pablo Macera, le preguntaron cómo veía el problema andino Y él dijo que la ciudad andina más grande del mundo es Lima. Y efectivamente, yo cuando subo a un taxi, cuando tomo, cuando converso con una persona le pregunto de dónde es usted, de dónde vienen sus padres: “Bueno, mi padre es de Huamanga y mi madre de Puerto Maldonado”. Muy pocas son las personas que actualmente viven en Lima que puedan decir que son limeños de tercera o cuarta generación, ¡ya eso se perdió! Eso ha dado otro carácter a Lima. Cuando yo llegué a Lima, era una ciudad muy colonial, demasiado colonial. Ahora ya no. Eso está bien, pero también si eso viene acompañado de la incultura entonces tenemos, por lo menos, que la Keiko Fujimori está como primera opción en las elecciones o que a Alan García que es un ladrón lo vuelvan a elegir. Eso ¿qué significa?, que la gran mayoría del Perú no tiene la suficiente cultura y que simplemente, no es que se engañan sino que se venden, con prebendas, y qué  puede ser.
El que tiene más plata exige más, el que tiene menos plata exige pues un plato de comida ¿no?, pero en el fondo, en esa escala, viene la corrupción. Alguna otra más.
Pregunta: Literatura  ¿hay interés?
Yo creo que hay cierto interés, se ha dicho que en el Perú la gente no lee, ¿no? No creo que todo el mundo lea pero sí hay un gran sector de lectores porque de lo contrario no existiría la piratería. La piratería en el Perú existe porque hay lectores pobres. Usted cree que un pirata va a arriesgar a sacar un libro que no lo va a vender. No. Lo que sucede es que la editorial, ese libro lo pone en 50 ó 60 soles, la gente quiere leerlo. Y él lo saca en 5 soles u 8 soles, y de eso vive el pirata. Entonces no hay pues una política editorial bien definida acá en el Perú. Eh… En EE. UU., cuando sale un libro, sale una edición de lujo, de pasta dura, con cuero, con buen papel, que puede costar 150 $, pero también hay otra edición del mismo libro que vale 70 $, hay otra edición del mismo libro que vale 20 $, y hay otra edición de bolsillo que la puedes conseguir en 2 $. ¿Y quién saca eso? No son los piratas sino la misma editorial, porque sabe que puede llegar  a diferentes tipos de público, ¿no? En cambio en el Perú, no. Entonces se saca un libro de 50 ó 60 S/, y la editorial también debe sacar un libro de 10 S/. Si hay gente que puede pagar 60 S/ para ponerlo en su biblioteca bonito. Entonces yo me auto-pirateo.
Y el libro Los inocentes en buen papel, buena edición vale 5 S/. Usted va a comprar Los inocentes en Estruendomudo te vale 20 S/. Usted compra Los inocentes en PEISA, le vale 25 S/. ¿Alguna otra pregunta?
Pregunta ¿Política – Literatura?
Mire usted, en la época… Hay una cosa curiosa. Al parlamento, en los años que yo sé más o menos, habría que hacer un estudio sobre cuántos escritores han llegado al parlamento. En este momento, en el parlamento no hay ningún escritor. Hace años, con Belaunde, en el gobierno de Belaunde, Ciro Alegría llegó al parlamento. Pero ustedes en estos momentos ¿ven a un narrador, a un poeta en el parlamento?, ¿ven a un narrador, a un poeta en altos cargos públicos? No ¿ve usted a un gran intelectual como ministro de educación? No. Como director del Instituto de Cultura [INC] en tiempos de Toledo ha sido Lumbreras, que es un caso excepcional tener a un intelectual como Lumbreras allí. Pero ahora hay una señora del Opus Dei. Para la Biblioteca Nacional [BNP] estaba Silesio López ahora está Neira que no hace nada, solamente habla. Pero entonces hay una… No lo sé, yo no soy sociólogo, ni economista ni político para ver estos fenómenos; pero en mi caso, por ejemplo, yo no quiero nada con el poder y en otro caso, yo creo que tampoco el poder no quiere nada conmigo. Parece que el poder no quiere nada con los intelectuales, y también los intelectuales no quieren nada con el poder. Perdón, no creo que los intelectuales, porque un intelectual puede ser un economista, un políticos; de los escritores, ¿qué poeta, qué narrador está asociado con el poder? O los grupos de poder les tienen miedo a los intelectuales o los intelectuales no quieren nada con el poder. Eso ha de ser. O a lo mejor viene de los dos. A ver, ¿qué candidato a la presidencia? No. En los últimos años, uno de los hombres más cultos que han llegado a la presidencia ha sido Bustamante y Rivero, de allí hemos tenido a Odría, de allí hemos tenido a Álan García, A Fujimori, a Toledo. Entonces no podemos hablar de un estado, de un gobierno dirigido por intelectuales. Se nota, hay una sarta de imbéciles en el parlamento. Y la otra, la Martha Hildebrant, dice que ella no es política. Y efectivamente, como lexicógrafa tiene razón, porque si ven en el diccionario qué es ser político, allí para ser político se da una serie de condiciones, y ella no las cumple porque ha estado con todos los gobiernos. Ella ha estado con Velasco, con Álan García, con Fujimori y ahora con el APRA se hace la disimulada, y es un intelectual que da vergüenza.

Pregunta: Literatura – instrumento para cambiar la sociedad
No sé hasta qué punto, lo único que yo sé es que los gobiernos han prohibido libros y han mandado a la cárcel a escritores, y algunas veces los han quemado, ¿por qué será?

Pero delimitando al plano peruano

En primer lugar el Perú es un país de analfabetos Si bien es cierto, la lectoría ha crecido, pero la gran mayoría del país no tiene, no tiene una gran formación cultural. Por lo tanto un libro no puede influir tan directamente, pues, en la sociedad. En una sociedad que en su conjunto no lee. Entonces, ¿cómo? Si la gente desconoce, si la gente que vota. La gran mayoría del pueblo peruano no tiene contacto con la literatura entonces cómo la literatura va a cambiar a esa gente si no sabe. Cambiará algunas mentes, entenderán con mayor claridad pero eso son estudiantes universitarios, gente que estudia la literatura ¿no? Pero eso efectivamente sí ha crecido pero no en la cantidad  que se necesita para que la literatura en el Perú sea un instrumento de cambio, para que sea un instrumento de cambio en una sociedad esa sociedad tine que tener contacto con esa literatura, ¿no?
Pregunta: contacto literatura con jóvenes
Mira, yo he tenido en mi vida dos vocaciones. Yo siempre desde que tuve cierta  noción de lo que tenía que ser me decidí por pos opciones: por la docencia y por la creación. Entonces,  la docencia me ha llevado a mí a estar en contacto con los jóvenes. He ejercido la docencia por más de cincuenta años. Eso ha hecho que tenga contacto directo con la juventud. Por otra parte, en las universidades donde yo he enseñado, siempre he querido enseñar a los jóvenes que ingresan a la universidad. Hay un malentendido en muchas universidades. A los jóvenes que ingresan a la universidad les ponen profesores jóvenes. No, lo correcto es a los jóvenes que ingresan a la universidad les deban poner los mejores profesores, porque el primer año es la introducción a la vida académica y los que pueden introducir a la vida académica en las diferentes materias son los profesores viejos. De acuerdo con eso a mí siempre me ha agradado enseñar a los alumnos que recién ingresan a la universidad. Por eso he tenido mayor contacto con los jóvenes que recién se inician en la actividad académica, ¿no? Ahora qué es lo que yo veo, que en la década del cincuenta los escritores estaban, todos los escritores estaban preocupados por dar una visión social de la realidad peruana, sobre todo de Lima, y de algunas provincias. Luego va a venir una gran cantidad de jóvenes que tienen ya una formación política, y si bien es cierto no intervienen en la política oficial, son jóvenes que se integran a los grupos de orientación ideológica que ha en las universidades. Y en la década del sesenta, setenta se produce en el Perú uno de los debates más intensos que se han dado en toda la historia del país, porque a raíz de los grupos políticos se comienza a hablar de la caracterización de la sociedad peruana y cuáles son los caminos para el cambio. Esas polémicas van a terminar siempre en enfrentamientos violentos. De allí, la izquierda se va a dividir entre los que optan por la lucha armada y los que optan por la lucha parlamentaria. Eso se puede ver en la literatura, por los jóvenes que en ese entonces escribían. De allí hay una deformación, la deformación es que muchos jóvenes creen que hacer literatura es dar simplemente un mensaje, olvidando que la literatura es un arte. Entonces, basta que le den un mensaje para creer que ese poema, ese cuento es bueno. Y de allí yo tuve algunos enfrentamientos con algunos jóvenes, les dije: “si tú quieres expresar tus ideas políticas, escribe un panfleto, un manifiesto, pero lo que tú escribes eso no es cuento. Ahora, para que un cuento tenga una dimensión política tienes que trabajar y estudiar mucho. Y eso no es fácil”. Luego cuando vengo después de estar en China me encuentro con una juventud de escritores que no hablan de violencia. Hay una especia de evasión. Hablan de drogas, hablan de discotecas, porque ellos desde muy jóvenes vieron por la televisión a muertos, atentados, los apagones. Sufrieron toda esa etapa de la guerra, de la guerra interna. Y están como asustados, y por otra parte hay las leyes, estas leyes contra la apología terrorista. Entonces, son muy pocos los que tocan temas de estos años de guerra interna. Son jóvenes que hablan de sus problemas íntimos, pero pasado ya ese tiempo, en el año 2000 comienzan a aparecer jóvenes que se interesan por el problema de la violencia, y actualmente hay muchos escritores jóvenes que escriben sobre la violencia. Eso es lo que más o menos les puedo dar.
Pregunta: literatura Light – evasión, se ha abandonado, hay un giro ¿es saludable?
Por supuesto, ahora de la literatura llamada light hay también mucho. Yo no considero que los escritores en el Perú sean criollos y andinos. ¿Recuerdan eso?, una tontería, una cosa cogida de pelos. Más o menos, yo actualmente considero que en el Perú hay dos tipos de escritores: los mediáticos y los auténticos. Los mediáticos son aquellos que son escritores porque aparecen en la televisión. Los llaman acá, ganan concursos, por eso son los mediáticos. Y los auténticos son a los que les interesa escribir pues, y dejan todo lo que les da el aparato. Ahora, la literatura light, siempre ha habido. Light quiere decir ligero, quiere decir no profundo. Y esa literatura ligera siempre ha habido en el mundo y hay escritores que han escrito temas profundos y también temas light. Por ejemplo Shakespeare, Shakespeare tiene comedias pero al mismo tiempo tiene dramas intensos,
Aretino, Aretino tiene poemas intensos de amor pero al mismo tiempo tiene diálogos que él llama “de divertimento”, que son diálogos entre cabrones, prostitutas, alcahuetas, con mucho ingenio, con todo, pero al lado de ese libro que tiene de “divertimento”, tiene grandes poemas de amor. Entonces, hay escritores que al mismo tiempo que escriben obras profundas, escriben obras ligeras. Lo que pasa ahora es que no son libros light, son libros basura, descartables. Y ahora se ha puesto de moda la literatura de auto-ayuda. Esa literatura siempre ha habido, yo recuerdo cuando era niño que en mi casa habían unos libros de Cómo ser millonario, Como encontrar la felicidad, etcétera. Ahora, yo creo que la llamada literatura light, es una literatura basura
Pregunta: Esta se ha comercializado más – el aparato
No. En mi época las editoriales eran muy serias, llegaban libros de una editorial argentina llamada Losada. De Argentina venía Losada, había Sudamérica, había Claridad, de España había Gredos, había Aguilar, de México estaba Fondo de Cultura; y uno, a ojos cerrados podía comprar cualquier libro de esas editoriales y era bueno. Editorial Losada publicaba libros de Jeann Paul-Sartre, de Camus, la de México publicaba libros de Tolstoi, de grandes escritores; pero últimamente ha entrado la comercialización para la captura de grandes mercados. Y en esa comercialización de grandes mercados hay grandes monopolios que manejan radio, televisión y editoriales, y cuando sacan un libro es porque ese libro lo ha preparado toda una camada de publicidad, ¿no? Y son libros que no vale la pena leer. Y la gente compra y a veces compra porque quiere tener en su casa un libro de Bayly y si Bayly le pone una la firma, le pone la firma pero no lo leen. Y las personas que saben literatura leen y no lo vuelven a leer.
Ahora, un escritor de mucha nota me contaba que él mandó una novela a una trasnacinal española, y él recibió una carta en la que le decían que su novela era muy buena. Y que la editorial estaba dispuesta a publicarla pero que mejor la presentara al concurso y le aseguraban el premio, porque con el concurso iba a tener más, más propaganda, y él dijo que era un escritor, que no era una comerciante, y que eso de anticipar el premio era una cosa reprochable porque entonces se está jugando con la buena fe de las personas que presentan su novela con la esperanza de sanar un premio cuando eso por lo bajo está arreglado, y es lo que hacen. Entonces hay mucho engaño, todos los años se dan grandes premios, y de esos grandes premios qué escritor queda, ninguno. Las editoriales los pasean como la mujer barbuda por todas las ferias, y luego la gente ya no compra. Entonces hay toda una comercialización de la literatura. Bueno, señores, ¿alguna otra pregunta?
Pregunta: Lima ¿qué significaría para usted?
Una vez vinieron de El Comercio a hacerme un reportaje de la literatura de Lima, y yo les dije que era muy difícil hablar de la literatura de Lima, y les saque un plano de Lima… Para hablar de la novela de Lima es muy difícil porque, como les dije, hay novela de Miraflores y de San Isidro, de Jesús María, ¿qué novela hay del Callao?, ¿qué novela hay de Huaycán?, ¿qué novela hay de Vitarte?, ¿qué novela hay de Los Olivos?, ¿qué novela hay de Independencia?, y estuve señalándole sectores, todos esos sectores todavía no han sido llevados a la ficción. Entonces cuando uno lee por ejemplo a Vargas Llosa, ¿de qué habla Vargas Llosa? Habla de Miraflores y del Centro de Lima de pasada. Bryce, ¿de qué habla? También de San Isidro y de Miraflores. A ver otro, Dante Castro, ese sí habla a veces del Callao, pero de los autores conocidos, no hay una novela que englobe todo Lima, entonces es difícil, pero por lo menos pueden haber diferentes sectores de lima para formar un gran mural, una vez que uno lea a Bryce, a Vargas Llosa, y otros autores, uno puede formarse un mural de Lima pero hasta el momento no hay y va a ser muy difícil por la misma confluencia de provincianos. Cada provinciano trae, si bien es cierto no ha nacido en Lima, sin embargo en su casa la enseñanza, la conversación con sus padres, con sus parientes.
Pregunta: Concurso de Cuento de la Municipalidad de La Victoria
Sí, yo he sido miembro de jurado del primer [concurso]. Y eso sería bueno que hicieran los municipios, ¿no? Que sacaran concursos de cuento sobre sus escritores.
Pregunta: proliferación de escritores
No, yo no creo que haya una proliferación de escritores, hay una proliferación de publicaciones. Y esta proliferación de publicaciones se debe a todo este aparato moderno de impresión. Cualquiera puede llegar a la impresión. Antes no, antes era muy difícil.


Lima 2009



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